Ana Samboal
22/05/2018, 00:21
Tue, 22 May 2018 00:21:24 +0200
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Las relaciones de poder en la vida pública se asemejan mucho a las que se desarrollan en el patio de un colegio. Al fin y al cabo, es el primer lugar donde nos socializamos como individuos, en el que ensayamos el rol en el que en función de nuestra personalidad y objetivos vitales nos sentimos cómodos. No hace falta observar mucho en un recreo para identificar con claridad al líder y la corte que conforma en torno a él, a los que optan por permanecer al margen, a sus sometidos y a sus víctimas y al recién llegado. Ése es el papel que interpretó en la política Pablo Iglesias hace unos años, el del chaval que tenía que ganarse su estatus. Apuntaba alto, nada menos que a "asaltar los cielos". Casi lo logra.